Hace ya un tiempo que se decidió soterrar el cruce de la avenida Reina Sofía con la calle Oviedo.
Al soterrar este paso se construye una rotonda en la que se coloca la escultura de Juan de Ávalos que hasta ese momento se encontraba en una zona ajardinada próxima al soterramiento. El traslado deja libre el pedestal sobre el que se encontraba la talla, con su placa e inscripción correspondiente y por un motivo que desconozco se “trocea” el conjunto. No obstante parece existir una segunda intención que daría sentido al pedestal y a la placa, ya que sustituyendo a la escultura se coloca un mástil para, previsiblemente ondear una bandera – no conozco otro uso racional de un mástil de este tipo - .
Pasan los días, los meses, los años ... y el mástil sigue “desnudo”. El resultado es que tenemos un pedestal magnifico, con una placa conmemorativa y un gran mástil sin estrenar en uno de los accesos al centro de Mérida. Ante esto cabe preguntarse ¿cuando dejaremos la mojigatería y los complejos, asumiendo lo que somos y lo que hacemos?; un mástil sin bandera no tiene sentido, solo puede tener una lectura, y desde luego no es positiva.
